jueves, 4 de diciembre de 2014

En un caballito de nube


 Eterno ángel, en tu cárcel de carne y hueso,
 Tan frágil como un cristal de Murano
 Y más lejos, todavía, que Urano
 ¿Qué piensas de este mundo ajeno?

 Tú por siempre serás un extranjero
 E irás cabalgando en tu caballo,
 De nube, de agua, de viento, y tan blanco,
 Sin pronunciar un solo lamento.

Si yo aún creyera que dios existe,
Pensaría que eres otro redentor.
Pero no me pongas ojos tristes,

Porque, ya sé que eso, no es posible.
Un duende que, distraído se perdió. 
Para mí, eso es lo que serás siempre.

Dedicado especialmente a mi sobrino en el día de la discapacidad

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